-Condiciones de fritura
Para elaborar chips de estos últimos alimentos, es necesaria una elaboración previa. Antes hay que pelar los tubérculos y raíces y, con una mandolina (una especie de cortador manual que ayuda a sacar finísimas láminas de los tubérculos), cortar láminas finas, del grosor de una hoja. Todas las hortalizas deben tener un tamaño homogéneo para que en el momento de freírse se cocinen por igual.Cuando las piezas están preparadas se pueden mezclar, aunque es preferible freírlas según variedades: las hojas por un lado y los tubérculos y raíces, por otro. Para ello, se utilizará una freidora o un cazo con aceite de oliva, limpio, a una temperatura de unos 170ºC. Poco a poco se introducen las láminas de hortalizas y, con una espumadera, se sumergen para que no floten y se cocinen de forma rápida sin que absorba excesiva grasa.
Las láminas de hortalizas tienden a perder su color original y adoptan un tono entre marrón tostado y dorado, en el caso de las más coloristas. En el momento que cambian de color, los chips están listos en unos segundos y, por tanto, se pueden retirar y escurrir en una bandeja con papel de cocina para que eliminen el exceso de aceite. Al contacto con el aire y escurridas del aceite, se vuelven duras y crujientes. El último paso es ponerlas a punto de sal. El resultado es un aperitivo sano y crujiente.
-Freir hojas:
Las hojas se fríen de la misma manera, es decir, se agregan poco a poco a la fritura con una espumadera. En unos segundos, se pueden sacar en una bandeja con papel absorbente para que se cristalicen y obtener así unas crujientes hojas. En este caso, adquieren una tonalidad más brillante y aumenta la intensidad de su color. Se ponen a punto de sal y se consigue un crujiente aperitivo, un complemento para ensaladas o una rica guarnición para platos de pescado y asados de carne.
Para mantener su estructura tan especial, es recomendable colocarlas en el plato justo en el momento de servir. Así no absorben humedad ni pierden su textura crujiente.
Para mantener su estructura tan especial, es recomendable colocarlas en el plato justo en el momento de servir. Así no absorben humedad ni pierden su textura crujiente.
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