Sin duda en el último tiempo la comida rápida, rica en grasas, sal y azúcares, ha recolectado estudios que demuestran sus efectos negativos sobre el organismo y en esta ocasión, se sugiere que la comida basura potencia el envejecimiento acentuando sus signos y acelerando el proceso normal del paso del tiempo.
Según la investigación que fue realizada en roedores, los niveles altos de fosfatos de los refrescos y alimentos procesados que normalmente se utilizan en los locales de comida rápida, son los responsables del envejecimiento prematuro que se produce tras su consumo.
Tanto la enfermedad renal como patologías cardiovasculares pueden ser más frecuentes ante un consumo elevado de fosfatos derivado de las comidas rápidas, según se ha observado en ratones que ante una dieta rica en fosfatos y desfavorecidos por la ausencia de dos genes que regulan sus niveles en el cuerpo, murieron tempranamente por intoxicación con dicha sustancia.
No sólo los fosfatos pueden aumentar la incidencia de enfermedades, sino que las grasas saturadas, los azúcares simples, la escasa cantidad de micronutrientes, fibra y antioxidantes así como la elevada cantidad de sodio (procedente de la sal), afectan a nuestro cuerpo y sin duda, también pueden ayudar a que el paso del tiempo impacte de manera superior en la salud.
Mayor colesterol y triglicéridos en sangre, mayor hipertensión arterial, mayor peso corporal y demás cuestiones asociadas al excesivo consumo de comida rápida son sin dudas, factores que aceleran el envejecimiento. Por eso, si de verdad queremos vivir más y mejor, lo ideal es limitar la ingesta de comida basura a 1 o 2 veces a la semana, pues no es justamente una dieta saludable aquella en que priman las hamburguesas, las frituras y los refrescos.
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3 de mayo de 2010
La comida basura potencia el envejecimiento
Sin duda en el último tiempo la comida rápida, rica en grasas, sal y azúcares, ha recolectado estudios que demuestran sus efectos negativos sobre el organismo y en esta ocasión, se sugiere que la comida basura potencia el envejecimiento acentuando sus signos y acelerando el proceso normal del paso del tiempo.
Según la investigación que fue realizada en roedores, los niveles altos de fosfatos de los refrescos y alimentos procesados que normalmente se utilizan en los locales de comida rápida, son los responsables del envejecimiento prematuro que se produce tras su consumo.
Tanto la enfermedad renal como patologías cardiovasculares pueden ser más frecuentes ante un consumo elevado de fosfatos derivado de las comidas rápidas, según se ha observado en ratones que ante una dieta rica en fosfatos y desfavorecidos por la ausencia de dos genes que regulan sus niveles en el cuerpo, murieron tempranamente por intoxicación con dicha sustancia.
No sólo los fosfatos pueden aumentar la incidencia de enfermedades, sino que las grasas saturadas, los azúcares simples, la escasa cantidad de micronutrientes, fibra y antioxidantes así como la elevada cantidad de sodio (procedente de la sal), afectan a nuestro cuerpo y sin duda, también pueden ayudar a que el paso del tiempo impacte de manera superior en la salud.
Mayor colesterol y triglicéridos en sangre, mayor hipertensión arterial, mayor peso corporal y demás cuestiones asociadas al excesivo consumo de comida rápida son sin dudas, factores que aceleran el envejecimiento. Por eso, si de verdad queremos vivir más y mejor, lo ideal es limitar la ingesta de comida basura a 1 o 2 veces a la semana, pues no es justamente una dieta saludable aquella en que priman las hamburguesas, las frituras y los refrescos.
Según la investigación que fue realizada en roedores, los niveles altos de fosfatos de los refrescos y alimentos procesados que normalmente se utilizan en los locales de comida rápida, son los responsables del envejecimiento prematuro que se produce tras su consumo.
Tanto la enfermedad renal como patologías cardiovasculares pueden ser más frecuentes ante un consumo elevado de fosfatos derivado de las comidas rápidas, según se ha observado en ratones que ante una dieta rica en fosfatos y desfavorecidos por la ausencia de dos genes que regulan sus niveles en el cuerpo, murieron tempranamente por intoxicación con dicha sustancia.
No sólo los fosfatos pueden aumentar la incidencia de enfermedades, sino que las grasas saturadas, los azúcares simples, la escasa cantidad de micronutrientes, fibra y antioxidantes así como la elevada cantidad de sodio (procedente de la sal), afectan a nuestro cuerpo y sin duda, también pueden ayudar a que el paso del tiempo impacte de manera superior en la salud.
Mayor colesterol y triglicéridos en sangre, mayor hipertensión arterial, mayor peso corporal y demás cuestiones asociadas al excesivo consumo de comida rápida son sin dudas, factores que aceleran el envejecimiento. Por eso, si de verdad queremos vivir más y mejor, lo ideal es limitar la ingesta de comida basura a 1 o 2 veces a la semana, pues no es justamente una dieta saludable aquella en que priman las hamburguesas, las frituras y los refrescos.
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