Con el fin de crear un sistema de trazabilidad europeo estandarizado, aplicable a la totalidad de la cadena de suministro de alimentos y que involucre a los agentes claves desde el campo a la mesa, la Comisión Europea promovió el proyecto Traceback, cuyo plazo de desarrollo finalizó en diciembre de 2010. Durante este mismo mes, se celebró en Milán un encuentro entre los delegados de los países participantes y expertos en trazabilidad y alimentación. En esta conferencia multidisciplinar, "Tracking the Future", se presentaron los resultados de este periodo y, a través de la firma de una declaración conjunta, se consensuaron sus conclusiones y se definió el futuro de la trazabilidad alimentaria en Europa.
-Sistema estandarizado de trazabilidad
El Centro Tecnológico Ainia, ubicado en Valencia, ha sido el único que ha participado en el evento. Uno de los expertos implicados en el proyecto, Jorge Molina, resalta la importancia del desarrollo de esta herramienta de gestión en el mercado europeo y destaca que se han sentado las bases de la implantación de un sistema estandarizado único de trazabilidad europeo, al desarrollarse y mejorarse diferentes tecnologías relacionadas con un valor añadido. El resultado son nuevos servicios de gestión de trazabilidad disponibles para toda la comunidad de industrias relacionadas y partes interesadas de la cadena alimentaria.La trazabilidad debe adaptarse a los nuevos mercados comunitariosLa declaración consensuada por todos los implicados, incluidos los investigadores, recoge acciones estratégicas que definen el futuro de la trazabilidad alimentaria europea. A partir de la base de que los alimentos seguros, saludables y sabrosos son un derecho fundamental de todo ser humano, la declaración pretende adaptar la trazabilidad, un pilar fundamental para aumentar los niveles de seguridad, a los nuevos mercados comunitarios.
Por un lado, la globalización de productos alimentarios genera nuevos riesgos en la cadena alimentaria. Con la ampliación de la manipulación y periodo de transporte, también aumenta el riesgo de cortes e irregularidades en la cadena de suministro. Además, se detectan cadenas de producción más complejas y extendidas, que provocan un aumento del riesgo de alteración de la calidad del alimento (grado de frescura, sabor, textura) en la cadena. También hay una creciente demanda de productos individualizados acordes con los requerimientos del consumidor. Los tiempos de respuesta cortos, así como los ajustes dinámicos de la cadena de producción, en función de las necesidades, es otra de las características del sector.
-Mayor información
Se introduce un nuevo concepto: "Food Chain Integrity", que puede interpretarse como "Integridad de la Cadena Alimentaria" y que transmite, según aclaran desde el Centro Tecnológico Ainia, la idea de colaboración. Esto se traduce en mayor nivel de información como resultado de la conexión entre diferentes tecnologías relacionadas. La trazabilidad supone localización del producto, pero aporta también datos relacionados con la seguridad alimentaria o el impacto en el medio ambiente.Las cadenas alimentarias serán así más transparentes, sostenibles, competitivas y certificables y documentarán la calidad del producto para garantizar la seguridad de los ciudadanos europeos. En el futuro, según los expertos de Ainia, el consumidor dispondrá de mucha más información acerca del producto, que incluirá todos los eventos intermedios por los que ha pasado hasta llegar a él.
Este nuevo concepto de la cadena alimentaria representará una ocasión única para una certificación europea con el desarrollo de herramientas para su utilización en la industria alimentaria. Con el fin de apoyar las "Food Chain Integrity", los participantes acordaron y manifestaron que la investigación agroalimentaria en Europa debe aplicar con urgencia las siguientes acciones de investigación científica y tecnológica:
- Integración tecnológica de los dispositivos que controlan toda la cadena alimentaria. Para ello será necesario disponer de un único sistema electrónico y automático que sea capaz de conectar todas la innovaciones tecnológicas (software, aplicaciones web, sistemas móviles, on line...) que controlan los procesos.
- Nuevas tecnologías para la detección y alerta en puntos críticos de la cadena: nanotecnología aplicada en sensores de tiempo real, sistemas de alerta de alto rendimiento que hagan posible información fiable y transparente desde el origen hasta el consumo con el fin de asegurar la máxima información, calidad y seguridad al consumidor a lo largo de toda la cadena.
- Aumento de la eficiencia en la gestión de riesgos y actuación ante alertas alimentarias. Las nuevas tecnologías evitan riesgos de manipulación y agentes patógenos a través de nuevos envases más seguros y eficaces, sistemas de vigilancia de peligros tanto químicos como biológicos en almacenes u optimización de unidades de transporte, entre otros.
-Traceback:
Es un proyecto apoyado por el Sexto Programa Marco de Investigación Científica y Tecnológica de la Comisión Europea. Acrónimo en inglés de "Sistema integrado para una trazabilidad fiable de cadenas alimentarias", el principal objetivo es el desarrollo de un sistema genérico de buen funcionamiento para la trazabilidad y manejo de información dentro de las cadenas alimentarias. Es una importante apuesta comunitaria en la que han participado 27 socios, desde institutos de investigación y universidades, empresas de informática y consultoras, hasta representantes de la industria alimentaria pertenecientes a 11 países. Tras la valoración de cuatro años de trabajo y la firma de la declaración consensuada entre las diferentes partes implicadas, se han sentado las bases para el desarrollo futuro de la trazabilidad alimentaria en Europa.
Ainia es el único centro tecnológico español participante en este proyecto y firmante de la declaración posterior. Con dos décadas de experiencia, un prestigioso equipo de profesionales y los equipamientos más avanzados, este centro de investigación sin ánimo de lucro dedica sus esfuerzos a impulsar la competitividad de las empresas a través de la innovación de sus procesos y productos.
Ainia es el único centro tecnológico español participante en este proyecto y firmante de la declaración posterior. Con dos décadas de experiencia, un prestigioso equipo de profesionales y los equipamientos más avanzados, este centro de investigación sin ánimo de lucro dedica sus esfuerzos a impulsar la competitividad de las empresas a través de la innovación de sus procesos y productos.
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