Cada cocina ha sido el hogar de una esponja—esa herramienta tan útil para limpieza. La esponja limpia los derrames en las encimeras de cocina y absorbe las gotitas de líquido rápidamente. ¡Y es reutilizable!
Sin embargo, esa esponja útil puede contener más que humedad. También puede contener varios patógenos alimentarios, levaduras y mohos. Dos científicos del Servicio de Investigación Agrícola (ARS) en Beltsville, Maryland, han probado varios métodos para reducir el riesgo representado por los microbios dañosos escondiéndose en las esponjas reutilizadas.
En el Laboratorio realizaron las pruebas: Primero, remojaron las esponjas a temperatura ambiente por 48 horas en una solución a base de la carne de res molida y un medio de cultivo de laboratorio para crecer una cantidad alta de microbios (20 millones en cada esponja) para simular una esponja muy sucia.
Entonces trataron cada esponja en una de cinco maneras: remojada por tres minutos en una solución de 10 por ciento de lejía; remojada en el jugo de limón o el agua deionizada por un minuto; calentada en el horno de microondas por un minuto; lavada en un lavaplatos con un ciclo de secado—o sin tratamiento.
Los científicos escogieron estos métodos porque están comúnmente usados en muchas cocinas. Descubrieron que los tratamientos con lejía, el jugo de limón, el agua deionizada, o ningún tratamiento mataron de 37 a 87 por ciento de las bacterias en las esponjas. Pero todavía había suficientes bacterias para causar enfermedades.
Calentar la esponja en el horno de microondas mató 99.99999 por ciento de las bacterias en la esponja, y lavarla en el lavaplatos mató 99.9998 por ciento.
Con respecto a las levaduras y los mohos, las esponjas tratadas en el horno de microondas o el lavaplatos contuvieron menos de 1 por ciento (0.00001 por ciento). Desde 6.7 y 63 por ciento de las levaduras y los mohos sobrevivieron en esponjas remojadas en lejía, el jugo de limón, el agua deionizada y sin tratamiento.
Esto significa que calentar las esponjas en el horno de microondas o lavarlas en el lavaplatos con un ciclo de secado son los métodos más eficaces para eliminar bacterias, levaduras y mohos. Estos tratamientos simples y convenientes pueden ayudar a asegurar que las esponjas contaminadas no extienden los patógenos alimentarios en las cocinas.
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14 de diciembre de 2009
Los mejores métodos para limpiar la esponja de la cocina
Cada cocina ha sido el hogar de una esponja—esa herramienta tan útil para limpieza. La esponja limpia los derrames en las encimeras de cocina y absorbe las gotitas de líquido rápidamente. ¡Y es reutilizable!
Sin embargo, esa esponja útil puede contener más que humedad. También puede contener varios patógenos alimentarios, levaduras y mohos. Dos científicos del Servicio de Investigación Agrícola (ARS) en Beltsville, Maryland, han probado varios métodos para reducir el riesgo representado por los microbios dañosos escondiéndose en las esponjas reutilizadas.
En el Laboratorio realizaron las pruebas: Primero, remojaron las esponjas a temperatura ambiente por 48 horas en una solución a base de la carne de res molida y un medio de cultivo de laboratorio para crecer una cantidad alta de microbios (20 millones en cada esponja) para simular una esponja muy sucia.
Entonces trataron cada esponja en una de cinco maneras: remojada por tres minutos en una solución de 10 por ciento de lejía; remojada en el jugo de limón o el agua deionizada por un minuto; calentada en el horno de microondas por un minuto; lavada en un lavaplatos con un ciclo de secado—o sin tratamiento.
Los científicos escogieron estos métodos porque están comúnmente usados en muchas cocinas. Descubrieron que los tratamientos con lejía, el jugo de limón, el agua deionizada, o ningún tratamiento mataron de 37 a 87 por ciento de las bacterias en las esponjas. Pero todavía había suficientes bacterias para causar enfermedades.
Calentar la esponja en el horno de microondas mató 99.99999 por ciento de las bacterias en la esponja, y lavarla en el lavaplatos mató 99.9998 por ciento.
Con respecto a las levaduras y los mohos, las esponjas tratadas en el horno de microondas o el lavaplatos contuvieron menos de 1 por ciento (0.00001 por ciento). Desde 6.7 y 63 por ciento de las levaduras y los mohos sobrevivieron en esponjas remojadas en lejía, el jugo de limón, el agua deionizada y sin tratamiento.
Esto significa que calentar las esponjas en el horno de microondas o lavarlas en el lavaplatos con un ciclo de secado son los métodos más eficaces para eliminar bacterias, levaduras y mohos. Estos tratamientos simples y convenientes pueden ayudar a asegurar que las esponjas contaminadas no extienden los patógenos alimentarios en las cocinas.
Sin embargo, esa esponja útil puede contener más que humedad. También puede contener varios patógenos alimentarios, levaduras y mohos. Dos científicos del Servicio de Investigación Agrícola (ARS) en Beltsville, Maryland, han probado varios métodos para reducir el riesgo representado por los microbios dañosos escondiéndose en las esponjas reutilizadas.
En el Laboratorio realizaron las pruebas: Primero, remojaron las esponjas a temperatura ambiente por 48 horas en una solución a base de la carne de res molida y un medio de cultivo de laboratorio para crecer una cantidad alta de microbios (20 millones en cada esponja) para simular una esponja muy sucia.
Entonces trataron cada esponja en una de cinco maneras: remojada por tres minutos en una solución de 10 por ciento de lejía; remojada en el jugo de limón o el agua deionizada por un minuto; calentada en el horno de microondas por un minuto; lavada en un lavaplatos con un ciclo de secado—o sin tratamiento.
Los científicos escogieron estos métodos porque están comúnmente usados en muchas cocinas. Descubrieron que los tratamientos con lejía, el jugo de limón, el agua deionizada, o ningún tratamiento mataron de 37 a 87 por ciento de las bacterias en las esponjas. Pero todavía había suficientes bacterias para causar enfermedades.
Calentar la esponja en el horno de microondas mató 99.99999 por ciento de las bacterias en la esponja, y lavarla en el lavaplatos mató 99.9998 por ciento.
Con respecto a las levaduras y los mohos, las esponjas tratadas en el horno de microondas o el lavaplatos contuvieron menos de 1 por ciento (0.00001 por ciento). Desde 6.7 y 63 por ciento de las levaduras y los mohos sobrevivieron en esponjas remojadas en lejía, el jugo de limón, el agua deionizada y sin tratamiento.
Esto significa que calentar las esponjas en el horno de microondas o lavarlas en el lavaplatos con un ciclo de secado son los métodos más eficaces para eliminar bacterias, levaduras y mohos. Estos tratamientos simples y convenientes pueden ayudar a asegurar que las esponjas contaminadas no extienden los patógenos alimentarios en las cocinas.
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