Para mejorar la calidad de la dieta es necesario que los consumidores entiendan los efectos que los distintos macronutrientes (grasas, hidratos de carbono y proteínas) tienen sobre el metabolismo y la salud. Por otro lado, es alarmante saber que hay un aumento en la incidencia de las enfermedades relacionadas con una mala alimentación. Los resultados de algunos estudios se muestran contradictorios: mientras que algunos parecen indicar que estos conocimientos previos tienen un efecto menor sobre las preferencias y la elección de los alimentos, otros consideran que la información nutricional desempeña un papel clave en las opciones que conducen a estilos de vida más sanos.
De hecho, en su documento sobre iniciativa de programación de investigación “A Healthy Diet for a Healthy Life” de la Comisión Europea (Agenda Estratégica 2011-2020) figura como un objetivo comprender cómo los determinantes socioeconómicos afectan a la elección de los alimentos y los hábitos alimentarios. En este sentido, se pretende explicar cómo el etiquetado de los alimentos, su envasado y los logos pueden promover la elección de alimentos más sanos, divulgando el conocimiento de los perfiles nutricionales adecuados, y buscando la reducción de alimentos altos en azúcar, en sal o en grasas saturadas, y el aumento en fibra y otros compuestos de acción positiva.
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